Miró por la ventana de nuevo, y unas cuantas veces más. Dejaba notar una leve obsesión con el estado del tiempo. Otra tarde gris, otra como tantas. Respira hondo, muerde sus labios. Josefina esperaba una señal absurda, absurda como ella misma.
Dibujó con su boca: "Amor es incertidumbre".

domingo, 2 de mayo de 2010

Jugamos algunas noches, algunos días también, a pretender que no éramos quienes somos. Yo, aunque sabia y se que pasa por tu mente cuando me besas, que colores se desparraman por tu ser tiernamente, decidí zambullirme como siempre entre vertiginosas mentiras y engaños, hechos por mi, hechos por mi y para mi. Yo, cuando sentía la tibiedad de tus manos tomando mi frágil y despiadado cuerpo, me olvidaba por completo de quien eras, de todo lo que significaban esos aromas que corrían entre nosotros cuando nos abrazábamos fuerte y de repente me decías al oído lo hermosa y excitante que era, por que también vos en el fondo te engañabas, y dibujabas en mi un estereotipo que no me correspondía, que no me delineaba y que nunca lo iba a ser. Yo, me dormía entre tus brazos, con una tranquilidad apabullante, cerrando los ojos del alma, pretendiendo que eras mío, totalmente mío. Yo, cuando era realmente tuya, entre placeres enceguecedores, y ternura inentendible, elegí volverme loca y adicta a tus besos, que recorrían mi cuello avergonzado, para luego ir bajando, estremeciendo mi espalda, que se encorvaba levemente cuando sentía tus labios que se iban enamorando de mi piel, porque solo de mi piel podes enamorarte. Yo, no me podía resistir a tus besos, o a tu mirada que engaña de principio a fin, por las noches que necesitan compañía, que ruegan algunas caricias con amor, o con algo parecido al amor, porque amor ya no entregas a cualquiera, aunque yo no sea de ese tipo. Pero yo, por alguna razón escondía las razones por las cuales me gustaba aferrarme a tu cuerpo mientras te acercabas a mi lado, y cuando te alejabas luego era obvio que no importaba tu persona, ni como me hablabas, ni lo que decías -que lograba enloquecerme, pero nunca, nunca, enamorarme- ni cuanto se notaba que querías estar conmigo, porque era obvio, y demasiado visto y vacío de ética, moral y justicia, el hecho de que solo me gustaba tenerte a mi lado, para sentirme un poco, tan solo un poquito, menos sola en este mundo.

2 comentarios:

andrés dijo...

Entrar aqui y leerte es como estar en tu espacio sin que nadie más sepa, sin que nadie más te pueda leer, sólo yo... Aunque seguro no es asi, igual es bonito pensarlo de vez en cuando... Estuvo muy tierno y a la vez enfrentado este texto, como que tratas de justificarte o mejor dicho, hacerte creer que no necesitas nada más de él, sólo su calor, porque te mueres de miedo, quieres amar pero cuando llega algo parecido te alejas o tratas de ponerte un muro... Eres como un pajarito temeroso Efi...

Cada vez escribes mejor, tan joven y tan bien lo haces, creo que es una de las cosas por la cual te quiero tanto...

Un beso, mejor dos abrazos

P.D. Traté de no ponerme celoso... Ves que fuerte soy? ;)


andrés

Sacudeelpescuezo dijo...

Muy bueno loca!