Gris era la tarde, y no podía contener mas tristeza, ni ser mas solitaria. Te habías llevado de nuevo mis letras y alguna que otra mirada, y yo estaba cansada de quedarme desnuda, sin saber que decir o hacer o escribir, y vos diciendo que era literata y estudiante de filosofía ejemplar y que era una vergüenza que un sistemático como el me deje sin habla. Yo sabia que no era justo no poder hablar en su presencia, pero como sabrán, el tenia el poder de llevarse de la A a la Z de mi vida, y mis frases engorrosas, mi cuerpo, mi aliento, y las cicatrices escondidas tras la ropa. El tenia esa cualidad de desgajar las almas en pedacitos hasta que sean lo mas insignificantes posibles, y así demostrar, una y otra vez, que el tenia el poder en cada historia o pagina de este universo. Y la tarde era de nuevo gris, pero de un gris lastimoso y adentrado ese invierno que hiela las manos y cada dedo del pie, cae uno en la tentación de desesperarse en lo vacío y en lo banal de las cuestiones en las que uno se sumerge y lamentablemente no encuentra la manera de emerger. Volví a hundirme en el Río de la Plata Sebastián, volví a tirarme. Esta vez no para acercarme a vos, sino para alejarme lo que mas pudiera, e intente nadar lo mas rápido posible, y no entiendo, realmente no entiendo porque esta vez me seguiste. Te hubieras quedado metido en tu computadora, o en esos lenguajes de programación, y me hubieras dejado a mi, con mis letras, mis lágrimas, y mi mediocre pero feliz vida. Como te gusta ver que todo se pudre, que todo se combina y se hace uno o dos o cero, o la raíz cuadrada de nueve, mientras se converja y después se aleje -dejándote solo y demacrado, arrinconado entre llantos ensordecedores- lastimándote lo mas que pueda. No se que esperabas. Yo no puedo hacer que respires de nuevo, no puedo desahogarte tras a ver tomado y visto tanta agua. Nos sumergimos de nuevo en esa pequeña pileta llamada Río de la Plata, y sigue sin importarnos un carajo el resto, y lo que sucede alrededor. Nos sigue encantando lastimarnos lo mas que podamos, tanto con las palabras, como con los silencios o con las miradas.
1 comentario:
Muy tuyo, Muy Efi... Bello... Muy bello :)
andrés
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