Siempre hay buenos recuerdos, sin embargo se disipan, se oscurecen, como este día, como estas noches invernales que se adentran rápido, galopeando, que destruyen lo necesario cuando comienzan a vislumbrarse en segundos que se consumen en instantes insignificantes y sin piedad, porque el universo parece ponerse de acuerdo para que te vuelvas completamente loco, te sumerjas en nerviosismos absurdos y te entierres en una soledad roscosa, peligrosa, asfixiante, y a mi ya no me importa lastimarme con suposiciones horrorosas, ya no me molesta arruinarme a mi misma cada hora que queda de este inútil día _porque no estás vos_ repitiéndome una y otra vez, que no existe el olvido, ni alcanzarán mares de lágrimas para lamentar haber dicho las palabras equivocadas a orillas de ese río, de nuestro río, en ese auto que da lástima, y vos y yo damos lástima, porque no nos cansamos de desencontrarnos y golpearnos para sentirnos un poco, por lo menos un poco vivos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario