En este intento por ser, y no perecer en tu memoria, perdí la cuenta de cuantas veces me humillé ante mi misma para luchar por una causa invisible, que vos no reconocías, que nadie mas que yo la veía. Lentamente se consumió mi mundo, hasta no quedar nada.
Los secretos nunca fueron suficientes, ni las manías para esconder la realidad de los sentimientos que se iban trepando por tus piernas, que hacían delirar los espacios nunca conocidos dentro tuyo. Pero sobre su piel se posaban las mentiras, vertiginosas, intimidantes; sobre sus manos la injusticia rondaba, se asomaba triunfante; en su cabeza el misterio reinaba, la hipocrecia confundía. Pero sobre mi? Siempre él.
Dominante, aparentando seguridad, Sebastián se enlazaba a mis venas, a mi cabeza, se sumergía en lo profundo de mis pechos, se adueñaba de los mas recónditos lugares.
Allí habitó él, en mi, el que ya no esta.
Los secretos nunca fueron suficientes, ni las manías para esconder la realidad de los sentimientos que se iban trepando por tus piernas, que hacían delirar los espacios nunca conocidos dentro tuyo. Pero sobre su piel se posaban las mentiras, vertiginosas, intimidantes; sobre sus manos la injusticia rondaba, se asomaba triunfante; en su cabeza el misterio reinaba, la hipocrecia confundía. Pero sobre mi? Siempre él.
Dominante, aparentando seguridad, Sebastián se enlazaba a mis venas, a mi cabeza, se sumergía en lo profundo de mis pechos, se adueñaba de los mas recónditos lugares.
Allí habitó él, en mi, el que ya no esta.
1 comentario:
Hola Efi
Despues de tiempo que vuelvo por aquí y no te preocupes, lei cada entrada que me faltaba leer, desde las cortas hasta las que se fueron desbordando por tu letra
Siempre tan melancolica y a la vez segura
Un fuerte abrazo!
andrés
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