Ebria de nuevo, y porque no destartalada. Ya no se da cuenta de los errores, ya no piensa. Salió con un vestidito marrón y esas botas texanas, y la noche la acechaba, o quizás ella acechaba a la noche, pero si de algo estamos seguros, es que la noche se tiño de accionares variados, absurdos, desiciones apresuradas, momentos de debilidad.
Toda la madrugada de ese sábado, fue nada mas y nada menos que una cadena de errores. Pero ella no se arrepiente de nada. Aún si acabó en la boca de todos.
1 comentario:
Es bueno no arrepentirse, es bueno... supongo...
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