Y hasta ese momento, nunca me habia sentado a llorarte. Nunca me habia sentido tan vacia como para terminar de afrontar todo. Sentir que ya no eras mia. Que por mas de que te haya tenido en mis brazos, por mas que hayas sido mi todo y mucho mas, ahora eso era nada.
Ya no nos mirábamos, ni significábamos nada para la otra. Ya no importaba si nos queriamos, si nos quisimos, si deseabamos volver a querernos. Porque el tiempo habia sido corto, pero habia tenido la capacidad de desgastar de manera devastadora, el poco cariño que nos habia quedado despues de nuestra última pelea. Entonces, sentí que realmente y para siempre te habia perdido, y que nunca íbamos a poder recuperar esos momentos hermosos e inentendibles que habiamos pasado juntas. El hecho de que hayas sido mi hermana del alma, se esfumó, se fue con mis lamentos, con estas lagrimas. El profundo sentimiento que sentia cuando nos mirabamos, esa transmicion de pensamiento que habiamos logrado, y un millón de cosas mas, se habian ido, ido para dejar un vacio, para dejarme aca sola. Sola como vos dijiste que yo merecia estar.
Pero no puedo sentir odio hacia vos. No puedo sentir bronca. No puedo decir que no quiero volver a verte. Porque un palabra tuya, supo curar todo en aquel entonces. Una mirada tuya, supo hacerme sonreir. Una sonrisa tuya, supo ser mi salvacion. Porque cuando yo estaba tirada, cuando no me queria levantar, vos me tendiste tu brazo, y siendo mi pureza, de la mano aprendimos a caminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario