Fuí espectadora de como desapareció todo. Al principio lentamente y por nuestra realidad distante, y luego de un soplo, decidí yo misma que no quería soñar mas con vos. Porque era inútil, desmedido, irreal y doloroso. Porque era también hermoso.
Y me pregunte un millón de veces, si debí haberte escuchado. Si tendría que haberte hecho caso. Porque tenias la absoluta razón. Porque me advertiste que no había manera de que no salgamos lastimados, y a mi realmente no me importo. A mi me gustaba quererte y pensarte. A mi me encantaba saber que me querías, que te volvía loco. Porque la distancia era nula, no existía, cuando nos amábamos a través de los quilómetros que existían entre vos y yo.
Ahora ya no te veo ni en la realidad, ni en mis sueños. Ya no te pienso con tanta naturalidad, ni con tanta frecuencia. Me desgasto quererte tanto mi amor. Porque las promesas se rompieron, porque ya no te creo, porque todo cambio y ya no entiendo. No entiendo que paso.
Porque fue hermoso volar con vos, despegar los pies de la tierra, y soltar mi mente. Soñar con que lo nuestro podía ser real, soñar que no existían distancias. Soñé que vos no eras vos, y que yo no era yo, que eramos dos personas diferentes y que estabas a mi lado.
Nuestros sueños eran demasiado hermosos para ser ciertos, y demasiado imposibles de volverse realidad. Siempre lo fueron, y siempre lo serán.
1 comentario:
Sonreí mucho... pero fue una sonrisa triste... esa tristeza de espejo que nos empuja a eso que llamas olvido o naturalidad de un adios...
Hoy sonreí Efi, sonreí mucho y no dormiré hoy por eso, gracias!
andrés
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