Pensar en cuál era la necesidad de que te sientes a tal distancia de mi. Siempre fuiste un bicho más raro que yo, y eso es mucho decir. O porqué te empeñaste con tanta fuerza en meterme dentro de tu burbuja idealista, para hablarme de filosofía, de inútil metafísica. Yo no escapé porque trabaste la puerta del auto, ¿o porqué me quería quedar? ¿Siquiera tendrá sentido pensar? Quizás será mejor que volvamos a correr por los bosques de Palermo, a buscarnos entre los árboles, o debajo del agua, o entre los patitos que enamoran. Quedémonos en casa mejor. Prometo cerrar los ojos. Prometo esperarte toda la vida si eso es lo que te tomará volver. Porque vas a volver, ¿no? O yo ya no entiendo nada, o yo estoy mezclando todo.
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