Inútiles pero hermosas ganas de meterme despacito, en puntitas de pie y con sutileza en tu memoria. Bastarán mis rulos sonrientes para adornar tu jardín de rosas y orquídeas, lo prometo. Porque quiero ver tu mano acariciar la niebla, el aire que abruma por la mañana. Sé que puedo abrazarte con vergüenza pero con seguridad, y confortar tu cuerpo, de una vez por todas, solo para nunca parar. Ya no quiero mentirte, menos esconder en cajitas de madera nacaradas, todo lo que quiere asomarse sin piedad, corriendo, se escapa de mi cuerpo.
Lo sé, hoy es la cama, mañana será el pasto, repleto de otoño radiante, el que nos verá, mientras nos olvidamos uno a uno del resto, de cada pedacito de nuestra historia, solo porque unirnos es nuestro destino, entrelazarnos con pasión inmensa pero silenciosa.
Evitemos de ahora en mas la omisión. Yo estoy dispuesta a esbozar cada verdad, la génesis de mi cuerpo, como llegué aquí, perdida y solitaria. Simplemente no quiero dormir sola de nuevo, y amaría poder espantar todos mis miedos cuando se trepan por mis piernas. Quiero perdonar, a vos porque nunca llega tu amor hasta mis venas, a él por haber llegado demasiado adentro solo para luego irse. Y a tantos otros por haberse sentado en frente mio, solo para verme y oírme, todo en vano por la ausencia del sentir, todo en vano por el exaguerado racionalismo.
¿Qué tal si nos tapamos los ojos, como ciegos vivimos, confiando uno en el otro? Quiero dejar de esconderme. Quiero verte en la luz.
Lo sé, hoy es la cama, mañana será el pasto, repleto de otoño radiante, el que nos verá, mientras nos olvidamos uno a uno del resto, de cada pedacito de nuestra historia, solo porque unirnos es nuestro destino, entrelazarnos con pasión inmensa pero silenciosa.
Evitemos de ahora en mas la omisión. Yo estoy dispuesta a esbozar cada verdad, la génesis de mi cuerpo, como llegué aquí, perdida y solitaria. Simplemente no quiero dormir sola de nuevo, y amaría poder espantar todos mis miedos cuando se trepan por mis piernas. Quiero perdonar, a vos porque nunca llega tu amor hasta mis venas, a él por haber llegado demasiado adentro solo para luego irse. Y a tantos otros por haberse sentado en frente mio, solo para verme y oírme, todo en vano por la ausencia del sentir, todo en vano por el exaguerado racionalismo.
¿Qué tal si nos tapamos los ojos, como ciegos vivimos, confiando uno en el otro? Quiero dejar de esconderme. Quiero verte en la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario