Con seguridad, corrí hacia el otro lado. Todo para alejarme de su piel, dispuesta a arrancarte sin pena. Pero parecía que por ese momento, nada iba a poder salvarme de lo inevitable. Yo había sido la causante de ese circo, la arquitecta de ese enredo, la beligerante mas destacada de la pelea, y ahora escapaba sin olvido, sin mis letras, sin mi voz. No conté con el camino circular, que me atrajo de nuevo y sin temor.
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