A veces siento que te espanto, que te gustaría salir corriendo. Me cuesta entender porqué seguís acá, escuchando mis incoherencias mal formuladas, con un tono de voz que agota, y por inercia te transporta hacia otro lado; y en otro lado deberías estar, tranquilo, estudiando, bien metidito en tu mundo de carreras a la perfección, de laboratorios de fisiología.
Sin embargo te veo sentado en frente mío, me mirás de reojo, y cada 10 o 15 minutos, te parás y me besás. Ya no sé quién tiene más locura acumulada dentro del alma, y aunque a veces parece que somos nuestra única solución _para apaciguar las aguas o apagar un poco el fuego_ por momentos somos nuestros peores enemigos, los opuestos que se potencian, y definitivamente no sos mi persona favorita en el mundo, solo y especialmente, cuando me decís: "Gor, creo que me voy a ir yendo"
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