Miró por la ventana de nuevo, y unas cuantas veces más. Dejaba notar una leve obsesión con el estado del tiempo. Otra tarde gris, otra como tantas. Respira hondo, muerde sus labios. Josefina esperaba una señal absurda, absurda como ella misma.
Dibujó con su boca: "Amor es incertidumbre".

martes, 7 de julio de 2009

Tropecé, y no pude sostenerme. Caí, caí de nuevo. No puedo y no quiero levantarme. Pienso y no quiero pensar.
No entiendo nada, porque realmente creí que no me iba a caer. No quería caerme con vos, entendés? No lo quería de verdad. Tengo tanto miedo.
Me pongo las manos en la cara, me tapo los ojos. Quiero pretender que no paso nada y no puedo. Las lágrimas empiezan a caer sobre mi cara, y sus caídas son tan dolorosas como mi misma caída. Me avergüenza mirarte.
Perdoname, no tengo porque hundirte en mi poso. No tengo porque llevarte conmigo. Porque no es justo que hayas caído conmigo solo por el simple hecho de que íbamos de la mano.
No me perdono y no me perdonas, y no pienso levantarme. Sigo tirada, sola y tirada.

1 comentario:

andrés dijo...

Siempre terminamos por arrastrar a quien queremos, asi eso se a lo mejor o no... simplemente es asi...

Disculpa mi desaparición... estos días han sido en un vuelco total... pero ya poniendo todo en orden, espero conectarme hoy o mañana y asi poder charlar contigo que tanto me gusta hacerlo...

Te mando dos abrazos enormes

Cuidate mucho señorita

andrès