Verónica no puede olvidar los detalles. No puede dejar de pensar en ellos. Es muy observadora y le significa todo lo que ve y escucha. Verónica vive y siente, y cuando lo hace es más feliz que nunca, y recordar le representa vivir y sentir las cosas una y otra vez. Quizás eso es lo que más y lo que menos le gusta de ella misma. Esa pasión que no puede dejar de imponer en todo lo que pasa por su cabeza y corazón. Verónica escribe todo esto con conocimiento de causa, porque aunque se considere una nebulosa, ella sabe que la simpleza que todos ven, es quien es.
Hoy más que nunca, quiero a mi Verónica de vuelta...
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